jueves, 26 de mayo de 2011

un suspiro de libertad

¿Qué es un deseo de libertad?
¿Qué es lo que nos hace variar?
¿Cuál es el porqué del amor?
¿Cómo podemos sentir tantos sentimientos en lo que llamamos corazón?

¿Cómo con un suave movimiento recorrer tu cuerpo,
De tez blanca y amargo corazón,
En el que tus ojos se funden con los míos,
Naciendo entre llamas de una lúgubre pasión.

Cómo, con una simple mirada,
Puedo atravesar tu mente, tu pensamiento,
¿Cómo puedo saber lo que piensas al mirarme?
Y saber de tu sonrisa con un soplo de viento,
Que me susurra al oído tu nombre.

¿Y qué hay de ella?
Sí de aquella persona que te mima,
Que te cuida i te mira,
Que por las noches se desvela al pensar que tú no estás,
Que te quiere con toda su alma,
Y que su mente al no verte, llora hasta rabiar.

¿Qué de ella?
Que te miraba mientras dormías,
Que te besaba en la mejilla para quedarse tranquila,
Que sonreía al verte feliz,
Y que al llorar,
Se desvanecían sus ganas de vivir.

¿Qué fue de ella?
La que sabía lo que tú opinabas de la vida,
Tus gestos tus pasiones, tu amor por la poesía,
La que siempre juraba que desde el cielo te cuidaría.

¿Qué pasó con aquellos abrazos?
Sí, los que te daba cuando te agobiabas por los estudios,
Los que te apretaban con fuerza en el pecho,
Los que hacían de los problemas, algo estúpido.

¿Qué pasó con aquel amor de madre?
Se mudaron de lugar,
Sí, y ahora sin duda están en mi corazón,
Apunto de salir,
Esperando una sola razón,
Para de nuevo, volver a sentir.

¿Dónde se escondió aquella bonita libertad de todos?
Que la busquen si hace falta,
Pues es la ansiada libertad la que asfalta,
La calle de los sueños,
En donde la paz inundaba los balcones,
Y la paz del mundo era dueño.

Dónde está aquella sensación de amor,
Que te hacia suspirar en tu ventana,
Que inundaba de bienestar tu casa,
Que pintaba nubes en tu fachada.

En dónde se perdió los buenos días,
Que a los demás al pasar la calle tu dabas,
Y que aquellos afortunados te contestaban con una buena sonrisa en la cara.

Cuándo se esfumó el no tener miedo,
En dónde aún la gente no lloraba frente a cuerpos,
En donde la guerra no existía,
En donde la vida solo se componía,
De amor y cariño, de dulzura y añegría.

¿Qué fue de todo aquello?
¿Qué fue del saber amar?
¿Qué fue de todos esto,
Que su ausencia me arrebata mi descansar?

¿No hay respuesta para estas preguntas?
¿Quién las podría asegurar?
Pues la paz inunda nuestros sueños,
En un profundo suspiro de libertad.
Hecho por: Sonia Caballero Pradas.

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